Subiendo esa callecita (que como bien dice su nombre, fue antiguamente una pequeña pista de sky) y luego doblando a la izquierda y transitando unos ciento cuarenta metros, esta la casita en la que vivo.
El Barrio Ecológico sigue siendo mágico a pesar de su cercanía con el centro de la ciudad.
La tranquilidad y la cercanía al bosque y la montaña, nos da una paz que a esta altura de la vida es impagable...
lunes, noviembre 15, 2004
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Huevo
a la/s
22:11
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