sábado, agosto 27, 2005



RADIO

Durante mis primeros años en radio, cobraba un sueldo que de a poco me fué permitiendo vivir de ello.

Desde hace unos seis años, lo hago "ad-honorem". Así. Literalmente.

Esa situación me permite decir lo que pienso en la medida en la que yo (y sólo yo) me anime.

De acuerdo a algunos comentarios, sería mejor -ante la realidad que se vive en la Provincia y en el País- no emitir opinión y dedicarse a sólo hablar de música, de libros o de cine. Eso estaría muy bien si todos nos permitiésemos expresar lo que pensamos o lo que sentimos y si contásemos con un medio a través del cual compartirlo.

Creo que por callarnos y por dedicarnos sólo a nosotros, estamos como estamos.

El ser humano es un ser social y como tal debe ser considerado. Debemos opinar y exigir que se nos escuche, que se nos respete.

Si de política se trata, mientras guardemos silencio o nos censuremos, sólo desnudaremos que hemos caído en la trampa de los políticos.

Y la radio tiene además el condimento del "anonimato" físico.

Durante un montón de años y para fin de año, una señora a la que nunca conocí personalmente dejaba una caja con pan dulce, garrapiñadas, sidras y champagnes con una notita que decía que ella golpeaba la puerta y se iba sin vernos, pues no quería romper la magia que el aire de la radio ponía todos los días en su hogar.

El Blog -quizás- también tiene esa magia.

Opinemos sin miedo. Contemos lo que nos pasa. Digamos lo que vemos.

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