
Regresan, parten y regresan.
Como la primavera después del invierno fueguino. Como las bandurrias y las garzas. Como la alegría y la tristeza.
Como la sangre al corazón. Como el alma al cuerpo.
Como el aire luego del encierro.
Partieron hacia su vida nuevamente.
Tengo otra vez un agujerito frío aquí en mi pecho, que pronto (seguramente) volverá a tener el calor de mis hijos.